Wilt Chamberlain hizo historia hace hoy 50 años al batir en un partido de la NBA, con Filadelfia, el récord de anotación
Los 100 puntos que anotó Wilt Chamberlain el 2 de marzo de 1962, hoy hace 50 años, continúan creciendo en el imaginario de los aficionados a la NBA y al deporte como una gesta irrepetible, mucho más que un récord. Chamberlain firmó hace medio siglo 36 canastas de 63 intentos en tiros de campo y 28 de 32 en tiros libres en un encuentro que su equipo, los Warriors de Filadelfia, ganó a los Knicks de Nueva York en Hershey (Pennsylvania), por 169-147. Genio y figura, afirmó poco después que se avergonzaba por lo que consideraba un mal porcentaje de acierto ese día.
Chamberlain (Filadelfia, 1936) fue un pívot atípico para la época, grande (2,16 metros y 131 kilos) y capaz de anotar, rebotear y asistir con una facilidad inusitada. Se distinguió por un estilo de vida igualmente atípico fuera de la cancha. Relató que la noche anterior al partido de los 100 puntos la había pasado con dos de sus amantes y que casi pierde el tren para acudir al partido. Cuando se retiró aseguró haber mantenido relaciones sexuales con miles de mujeres. Es probable que exagerase, pero lo que ha registrado en los libros de récords son sus gestas en la cancha. Al escéptico o al detractor se le puede rebatir con números. Aquella no fue una hazaña aislada. Queda enmarcada en una portentosa temporada que concluyó con una media de 50,4 puntos, 25,7 rebotes y 48,5 minutos de juego, porque jugó también casi todos los minutos posibles, prórrogas incluidas.
El jugador que más se ha acercado a su marca fue Kobe Bryant.
En un partido que los Lakers ganaron a Toronto en enero de 2006 sumó 81 puntos. Pero esa fue una marca aislada en la carrera de Kobe, un magnífico anotador, pero lejos, muy lejos, de Chamberlain. Cuando Chamberlain se retiró en 1973, tras 14 temporadas en la NBA, poseía 128 récords, de los que hoy todavía mantiene 71.
Sus gestas propiciaron la controversia. Bob Cousy, el legendario base de los Celtics, mvp en 1957 y ganador de seis anillos, resume el punto de visto crítico: “Su incesante búsqueda de los récords individuales me indica que realmente nunca supo cómo se debía jugar un partido de baloncesto. Bill Rusell [legendario pívot de los Celtics] actuaba con mucha más intensidad y entendía mejor el juego. Russell nos hacía mejores; Wilt provocaba el efecto contrario”.
Chamberlain, después de jugar un año en los Globetrotters y hacerlo en ocasiones de base, promedió 37,6 y 38,4 puntos en sus dos primeros años en la NBA. Cuando Frank McGuire se convirtió en su entrenador, en 1961, mantuvieron una conversación para abordar la manera de jugar frente a los Celtics, un equipo que iniciaba el más esplendoroso reinado en la NBA con 11 títulos en 13 temporadas, desde 1956 a 1969. McGuire le pidió a Chamberlain que anotara más. A partir de esa temporada, así lo hizo.
Cuando se retiró poseía 128 marcas individuales; hoy mantiene 71
La gesta de los 100 puntos estuvo precedida por otra similar, el 8 de diciembre de 1961, cuando anotó 78 puntos y capturó 43 rebotes contra los Lakers. “Todo está en los libros de los récords. Son hechos”, explica Al Attles, su compañero, amigo y más tarde entrenador. “Es difícil para la gente saber apreciar lo que logró Wilt, incluso entenderlo, porque estuvo por encima de todo, más allá de los límites imaginados. Yo jugué muchos partidos con Wilt y nunca le vi hacer nada que no tuviera como finalidad ayudarnos a ganar. La gente habla de los 11 anillos de Russell. Yo les digo que tenía mejores jugadores a su alrededor. Pon a Wilt en un equipo con Bob Coussy, Tom Heinsohn, Sam Jones o K.C Jones, y dime quién iba a ser capaz de ganarles”.
Chamberlain, a la izquierda, frente a Bill Russell |
Después de un litigio con los Lakers porque fichó por un equipo de otra Liga, San Diego, de la ABA, se retiró. Entrenó al San Diego una temporada, pero prefirió dejar el baloncesto definitivamente y se dedicó a los negocios. Fue el propietario de una popular discoteca en Harlem, Small Paradise, patrocinó equipos de voleibol y atletismo, apareció en diversos anuncios publicitarios, participó en la película Conan el destructor y escribió algunos libros en los que criticó a la NBA por no respetar a los jugadores del pasado. Se mantuvo en forma y corría maratones, pero en 1999, a los 63 años, falleció en su casa de Bel-Air.
Ese mismo año, se asegura que un anónimo pagó 551.884 dólares en una subasta por el balón con el que Chamberlain entró en los anales del baloncesto. Según esa versión, el balón se lo quedó Kerry Ryman, un adolescente de 14 años, tras irrumpir en la cancha. La cuestión no está nada clara. Se afirma que el responsable de seguridad del pabellón de Hershey denunció al chaval. La reacción de Chamberlain fue, como casi siempre, atípica: “No quiero el balón, el niño que se lo ha llevado puede quedárselo y disfrutarlo”.
Fuente: elpais.com
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