Escándalo en Uruguay por la detención de dos sanitarios a los que se acusa de la muerte de decenas de pacientes. Dicen que su móvil fue la compasión
Podrían ser más de doscientos pero, de momento, han confesado unos cincuenta y seis. Los dos enfermeros uruguayos los mataban con inyecciones de morfina y aire. Los pacientes, en su mayoría ancianos, expiraban sin levantar sospechas. El sistema funcionó sin contratiempo hasta la madrugada del lunes. Fue entonces cuando el juez, Rolando Vomero, ordenó el procesamiento de los presuntos asesinos y de una compañera a la que acusa de encubridora.
Según los procesados, de 39 y de 46 años, actuaron de ese modo porque “no querían ver sufrir a la gente”. El magistrado al frente de la investigación, hizo públicas las declaraciones de los presuntos homicidas de la “Operación Angeles”, como bautizó la investigación desarrollada en el Hospital Público Maciel y en la emblemática Asociación Española de Socorros Mutuos.
La cadena de muertes ha salpicado al Ministerio de Sanidad de Uruguay, al que reprochan falta de controles. El viceministro de Salud Pública, Leonel Briozzo, frente al estado de alarma desatado en el país, declaró que se trata de un “suceso extraordinario” y anunció un nuevo protocolo sanitario para fiscalizar los centros sanitarios.
Compasión como móvil
El escándalo de estos asesinos en serie salió a la luz gracias a colegas que empezaron a encontrar sospechoso el cúmulo de muertes. Aunque sus nombres se mantienen en el anonimato, según las agencias de información, fueron varios los enfermeros que interpusieron la demanda contra sus compañeros.
Los detenidos están y seguirán por mucho tiempo a buen recaudo pero insisten en que el único móvil fue la compasión. “Mi cliente –declaró el abogado Santiago Clavijo- expresa que fue por razones de humanidad, que el móvil era la piedad, que eran pacientes de muchos años. La medicación no era para generar la muerte era para frenar el dolor. Mi cliente –continúa según informa Dpa- proporcionaba morfina que no en todos los casos puede matar”.
El juez informa la detención de las tres personas |
Los “enfermeros asesinos”, como les ha bautizado la prensa local, llevarían, según estimaciones judiciales, siete años siguiendo este plan sistemático de ejecución de personas. En ambos casos trabajaban en los dos emblemáticos centros hospitalarios –uno privada y otro público- mencionados de Montevideo y el hallazgo de una jeringa de importación habría sido de vital importancia para llegar hasta ellos.
A la abogada del que reconoció haber matado a cincuenta personas, le costaba reproducir el testimonio de su defendido. Le conocía desde “hace 20 años”, es un hombre que “llegó del interior del país con deseos de progresar”, estudió mucho, trataba de superarse y, añadió, en su infancia había sido “víctima de abuso sexual”. La paciente de la cama 5 a la que “hizo volar” el sujeto era Gladys Lemos. Tenía el alta médica para volver a casa y su problema no era un cáncer terminal sino diabetes.
Fuente: abc.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario