La decadencia del campeón
El Terror de Brooklyn, de 45 años, subsiste en un casino dejándose fotografiar por los turistas.
- Un casino de Las Vegas vende sus autógrafos a los turistas a 450 dólares
- Una fotografía con a él, 150; y 'alquilarlo' para fiestas privadas: 10.000 dólares
Debe ser que no le queda en la memoria ni una sola lección de vida de su viejo profesor, de aquel entrenador entrañable y sabio llamado Cus D'Amato, el mismo que rescató al niño sin infancia de las malas calles y lo convirtió en persona. Su entrañable y parlanchín primer mentor lo sacó de las peleas callejeras de bandas, le enseñó casi hasta a hablar, a escribir, comer, a comportarse decentemente antes de convertirle para el ring en el guerrero "más agresivo, brutal y excitante" que jamás vio la historia de los pesos pesados. Mike Tyson, el mismo que ganó más de 300 millones de dólares en su carrera (algunas bolsas de sus combates alcanzaron los 30 millones de dólares), sigue perdiéndolo todo, sin remedio, empezando por la dignidad, en un descenso a los infiernos. 'Más dura será la caída' (Mark Robson, 1956) se empeña en titular la película de su vida.
Ahora, a sus 45 años, el Terror de Brooklyn se gana el 'pan' como un animal de circo en un casino de Las Vegas, que lo exhibe como si de la mismísima mujer barbuda se tratase: "Autógrafo y posibilidad de una foto con Mike Tyson", reza el cartel expuesto a los turistas. Horario de 14 a 19 horas y de 12 a 16.30. Un autógrafo con 'Iron Man' son 450 dólares, una fotografía junto a él, 150; y 'alquilarlo' para las fiestas privadas: 10.000 dólares. El recientemente fallecido Joe Frazier, alías Smokin Joe, apuró sus últimos días -hasta que el cáncer de hígado se lo llevó- alejado del ruido en un cuartucho de su gimnasio de Philadelphia.Muhammad Ali, alías 'The Greatest of All Times', también firmaba dedicatorias sobre su inmortal estampa antes de que el maldito Parkinson le impidiera coger hasta un bolígrafo. Su mujer los enviaba por correo a cambio de una recompensa. Pero esto de alquilarlo para fiestas... Obsceno.
Mike Tyson, en una de sus aficiones, el mundo de las palomas |
La paciencia de D'Amato
Saltan lágrimas recordando a Cus D'Amato hablando de cómo domesticó a aquella fiera indómita del reformatorio, con decenas de hurtos y asaltos, que había sido arrestado 38 veces antes de cumplir los 13 años. De cómo le quitó el odio hacia sus semejantes. Y cómo hablaba el chico de quien tuvo que ejercer como padre, madre, abuelo, maestro, "aunque lo mejor que tenía en el mundo" murió (1984) antes de su undécima pelea, antes de poder ver en su cinto el campeón más joven de la historia de los pesos pesados con 20 años y cuatro meses, quitando ese título honorífico a una personalidad antagónica a la suya -Floyd Patterson, el 'negro bueno del boxeo'-, curiosamente también bajo la tutela de D'Amato décadas antes. Sin esta figura histórica, el Terror de Brooklyn ocupó su lugar en el cima de su deporte, pero nunca encontró su lugar ni la paz en el mundo.
Los años bárbaros del Terror de los pesados
El ser humano que más miedo ha dado a un semejante encima de un cuadrilatero unificó las coronas de los pesados como una máquina de nocauts en unos primeros años fulgurantes. Velocidad + Potencia + 'Violencia' es igual a ¡Boom!. Y venga a amontonar bigardos en la habitación del sueño. Allí empezó el climax y a bailarle las neuronas más por las cosas de la fama y el dinero que por los golpes encajados. James Smith, Pinkon Thomas, Tony Tucker, Tyrrell Biggs... víctimas del tremendo poder destructivo de sus puños, de su forma brutal de entender este deporte. Hasta el mejor George Foreman de sus años mozos se hubiese quedado pasmado. También inolvidable aquel KO en el cuarto asalto al viejo Larry Holmes, a quien recetó el primer nocaut (en 75 combates) que sufría uno de los elegidos verdugos de Ali. Aunque, quizá, la cima del boxeo exprés se conquistó al derribar a Michael Spinks en sólo 92 segundos del primer asalto un 27 de junio de 1988 en Atlantic City, otra ciudad de mafia y casinos. Y su vida viró al lado oscuro, el primer divorcio de los tres, y eso de nunca saber ser padre de los siete hijos reconocidos legalmente.
La decadencia y los escándalos
A dar vueltas por el mundo con un séquito de decenas de oportunistas que vivían a su costa, que le reían las gracias, le conseguían decenas de mujeres, drogas y fiestas. Olvidó que para mantenerse en la cima debía dedicarse al boxeo por entero y no a la farra y la farándula. Por falta de fondo físico, el mismo al que le sobraba dinamita en los puños, perdió por vez primera ante James 'Buster' Douglas en Tokyo (1990), una sorpresa infinita con 44-1 en las apuestas a su favor. Otro subidón en aquel combate contra Donovan 'Razor' Ruddock, y su primer drama miserable la noche del 19 de julio de 1991, en la suite 606 del hotel Canterbury de Indianápolis, la violación a 'Miss América Negra' Desiree Washington. Condenado a seis años de prisión y 30.000 dólares de indemnización, a los 3 años y 8 meses salió por buen comportamiento. Lo demás, ya lo saben, una crónica de sucesos dentro y fuera de su deporte, de subidas y bajadas brutales como su existencia, hasta los mordiscos en la oreja de Evander Holyfield como mayor vergüenza de la historia del boxeo (28 de junio de 1997, en el MGM de Las Vegas). Él cobró más de 30 millones, casi dos millones de personas pagaron por ver en TV la infamia.
Porque los boxeadores, esa estirpe, nunca saben elegir el momento de colgar los guantes. Aquella sucesión de peleas por la bolsa (Butra, Francis, Golota, Savarese, Nielsen...) desembocaron en aquel 8 de junio de 2002 donde fue ridiculizado por Lennox Lewis. Su bravuconada de "Quiero tu corazón, quiero comerme a tus niños" en vez de intimidar espoleó al estilista inglés, que jugueteó en 8 asaltos de mariposa-avispa. La decadencia prosiguió con combates sin altura alguna, alimenticios, bufonadas para pagar deudas que no impidieron que anunciara su bancarrota oficial en 2003 y su retirada un 11 de junio de 2005 tras perder el 11 de junio de 2005 ante un irlandés -Kevin McBride-, cuyos puños nunca debieron obtener esa gloria: "No puedo seguir con esto. No puedo seguir mintiéndome. No voy a seguir arruinando este deporte. Es simplemente mi final. Se terminó", dijo basta Tyson, cuyo fortísimo tren inferior ya no daba movilidad a 105 kg, demasiado sobrepeso.
Una caída al abismo
Jubilado de las 16 cuerdas, también llegaron más arrestos por posesión de drogas, consumo, agresiones a fotógrafos, motoristas y más condenas, sumas de dinero para ejércitos de abogados donde sólo había números rojos. Y no será porque Mike no sabe cómo acabó el boxeador que más admiró nunca, donde se inspiró repasando fotograma a fotograma aquellos soberbios golpes del 'oso feo' Sonny Liston, esos 'jabs' que decían mandaban a un caballo al otro mundo. Porque aquel gigante dominado por la mafia, atracador en su niñez, carne de presidio como él, pasó de ser reventador de huelgas pegando palizas a los estibadores ("en aquello sólo veía un plato de comida") a ser el campeón mundial del deporte más masivo de su época hasta que se topó con un tal Casius Clay de años mozos. La mujer de Sonny -Geraldine- encontró su cadáver dos días después de su muerte en su piso de las Vegas. Los médicos hablaron oficialmente de una sobredosis de heroína, mientras la policía contaba 'off the record' que lo asesinó su dueño, la mafia. Así se cuentan feas historias de inolvidables héroes del ring, fracasados perdedores en la vida real.
Fuente: elmundo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario