El juez del condado de Liberty (Texas), Craig McNair, ha desmentido finalmente la existencia de una fosa con una treintena de cadáveres en una casa cerca de Houston, una pista dada horas antes por una parapsicóloga que contactó con la Policía del condado.
"No hay ninguna escena de crimen", ha declarado el propio McNair una vez agentes de la Policía estatal --Texas Rangers-- y del FBI hayan concluido la búsqueda de los cuerpos, en un caso que ha atraído una gran expectación de los medios de comunicación.
Tanto McNair como el capitán de Policía Rex Evans han adelantado que investigarán a la mujer que llamó en dos ocasiones para verter la falsa denuncia.
Las autoridades se tomaron en serio su testimonio porque ésta había advertido de que en la fosa había también cuerpos de niños. Concretamente apuntó a una residencia de Hardin, unos 82 kilómetros al este de Houston. "A esta hora no se ha descubierto ningún cuerpo. Hemos investigado esta parte del lugar todo lo que hemos podido", ha dicho Evans.
Los agentes descubrieron que en la puerta había sangre y que desde el patio trasero se desprendía un olor indeterminado. El propietario de la vivienda, Joe Bankson, aseguraba que tanto él como su mujer desconocen la presencia de cadáveres en su finca. McNair había confirmado que la pareja, dedicados al transporte de mercancías por carretera, llevaban al menos dos días fuera de casa.
Bankson explicó que la sangre del porche y de la puerta se debía a que el ex novio de su hija había tratado de suicidarse dos semanas atrás. "Estaba borracho y se cortó la venas", asegura.
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