No importa cómo se llame: Santa Claus, Papá Noel, San Nicolás, Sancho Clos, Viejito Pascuero, SinterKlaas o Saint Nicklaus, para los niños es el mismo personaje, un viejito regordete con barba y pelo blanco, que suele usar traje aterciopelado rojo con aplicaciones blancas y un fajón de color negro al igual que sus botas. Suele transportarse en trineo y es guiado por renos.
Su misión: repartir regalos a los niños de todo el mundo que se portan bien durante todo el año, pero sobre todo, mantener vivas sus ilusiones.
Ese es el mundo de ilusiones que a muchos de nosotros nos hicieron creer nuestros padres cuando éramos niños y que ahora como padres quizás no sepamos si es bueno incentivar en nuestros pequeños, a continuación te damos algunas razones de por qué sí y por qué no hablarles a nuestros hijos de este mundo de fantasía.
Su misión: repartir regalos a los niños de todo el mundo que se portan bien durante todo el año, pero sobre todo, mantener vivas sus ilusiones.
Ese es el mundo de ilusiones que a muchos de nosotros nos hicieron creer nuestros padres cuando éramos niños y que ahora como padres quizás no sepamos si es bueno incentivar en nuestros pequeños, a continuación te damos algunas razones de por qué sí y por qué no hablarles a nuestros hijos de este mundo de fantasía.
Muchas familias se oponen a que los niños crean en Santa, pues consideran que es una mentira que los niños tarde o temprano descubrirán y no desean traicionar la confianza de los pequeños. Algunas de estas personas recuerdan la decepción que les causó a ellos mismos descubrir que Santa no existía cuando eran niños y no quieren repetir la experiencia en sus propios hijos.
Otros padres en cambio, argumentan que no incentivar la ilusión de Santa en los niños es como robarle la magia a la Navidad, además de que la misma niñez consiste en un mundo de fantasías e ilusiones y es necesario permitir a los pequeños que crean en ese mundo.
No obstante, las familias pueden caminar en una línea intermedia entre la creencia y la incredulidad. Podemos enseñarles a nuestros hijos que Santa es un símbolo de bondad, de generosidad. Cuando hacemos intercambio de regalos en Navidad, por ejemplo, podemos hacer hincapié en que todos, de alguna manera estamos jugando a Santa Claus, pues estamos siendo generosos; algunas personas acostumbran ayudar a instituciones de beneficencia, precisamente en estas épocas de fiesta, eso también podemos usarlo como ejemplo de que estamos jugando a ser 'Santa'. Los niños son curiosos y tarde o temprano averiguarán quién es Santa, sin embargo el simbolismo que les enseñemos acerca de lo que es la Navidad y de lo que representa Santa pueden durar en su mente para siempre.
¿Cuándo dejará de creer en Santa mi hij@?
La edad en la que los niños dejan de creer en Santa es alrededor de los ocho años de edad, aunque ésta puede variar.
Esto se da cuando los niños empiezan a adquirir cierto grado de lógica y habilidades de razonamiento, pueden averiguarlo por su cuenta o cuestionarse porqué los juguetes de Santa se presentan en el armario antes de Navidad o reconocer la letra de mamá o papá en las notas de los regalos.
Otra forma en la que tus hijos se pueden enterar de quién es realmente Santa es a través de otros compañeritos de escuela que le cuenten la verdad.
Es probable, en especial si tu niño es de corta edad, que aunque la evidencia le muestre una realidad desencantada, su mente esté preparada para seguir creyendo.
¿Qué decirles cuando se enteran de la verdad?
Es probable que tu hijo se sienta un poco enojado y defraudado, sin embargo trata de calmarlo hablando con él y diciéndole sutilmente que Santa existe si tienes fe en él, explicándole que la fe es creer en la existencia de algo u alguien aunque no se conozca o se tengan verdaderas pruebas de su existencia.
Explícale que más que regalos y presencia física, Santa significa bondad, el verdadero espíritu de la Navidad.
Si tu hij@ te comenta que sus compañeritos de escuela ya no creen en Santa, dile que hay niños que son privilegiados porque siguen creyendo en él y otros que no creen, sin embargo, esto no quiere decir que no exista.
Dile que no se trata de una mentira deliberada, sino que creer en Santa forma parte de la magia de ser niño, y ahora que él ya es más grande puede jugar a ser el señor Claus a través de acciones generosas.
También ayuda decirles que el privilegio de saber la verdad es sólo para 'niñ@s grandes' como él o ella.
Enséñale que la fe y las creencias de los demás niños deben ser respetados sin importar si es verdad o mentira o si ellos la comparten o no. Le estarás enseñando la tolerancia, y el respeto por la diferencia.
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