Luego de más de una década de trabajo, a finales de septiembre abrió sus puertas a los visitantes la Zona Arqueológica Bocana del Río Copalita, ubicada en Oaxaca, donde se puede apreciar una cancha de Pelota y el llamado Templo de la Serpiente, entre otros atractivos.
En materia de arqueología subacuática, en febrero pasado se sondeó el cenote Las Calaveras, en Quintana Roo, el cual podría ser el depósito funerario de la época prehispánica mejor conservado y el de mayor concentración de esqueletos humanos del área maya, precisa un informe del INAH.
La antigüedad de los restos óseos oscila entre los años 125 y 236 de nuestra era, por lo que supera a la osamenta encontrada en el cenote Chichén Itzá, en Yucatán, cuyo hallazgo hasta entonces representaba el de mayor número de armazones humanos depositados por los mayas en este tipo de espacios.
El texto de la entidad detalla que los trabajos de restauración realizados en mayo pasado en la Zona Arqueológica de Toniná, en Chiapas, corroboraron que ésta es una de las edificaciones piramidales más grandes de Mesoamérica con 75 metros de altura, sólo comparable con otras del mundo maya ubicadas en Tikal y El Mirador, en Guatemala.
Otro de los sucesos trascendentales inventariado por la institución en 2010 se refiere al Joven de Chan Hol, nombre dado al esqueleto de un ser humano que vivió en la Era de Hielo y fue encontrado en una cueva inundada en Quintana Roo.
A este se suman otros tres, dos mujeres y un hombre, hallados en iguales condiciones en dicho estado, y constituyen piezas claves para entender el poblamiento de América, además de fortalecer la hipótesis de que el continente fue habitado a partir de varias migraciones provenientes del centro y sur de Asia.
Esto es sólo un sucinto resumen de lo realizado por varios expertos del INAH durante el 2010, labor arqueológica que en la actualidad vive una nueva etapa marcada por la aplicación de tecnologías de avanzada como el georradar, escáner láser y un equipo de robótica, acota el informe.
Fuente : .prensa-latina.cu
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