Un objeto del tamaño de Júpiter merodea en la frontera de nuestro sistema solar y podría estar envíando bolas de nieve de cometas y polvo en nuestra dirección, según datos de los últimos 10 años analizados por científicos.
En 1999 John Matese de la Universidad de Louisiana y Daniel Whitmire formularon la hipótesis de que el Sol tenía una compañera en la nube de Oort en los límites del sistema solar llamada Némesis, pero es hasta ahora que su hipótesis podría confirmarse y no se trata de una malevola estrella gemela sino de un objeto beningno con una masa similar a la de Jove. Este objeto empieza a ser llamdo Tyche, la hermana benigna de la diosa de la venganza Némesis.
La presencia de este objeto explica por qué los cometas alteran sus órbitas y se acercan al Sol donde los podemos observar. El hielo que forma el corazón de los cometas generalmente yace en la nube de Oort hasta que su órbitas son propulsadas por una fuerza extrena. Este "empujon" podría venir de tres cosas, según Matese: la constante atracción gravitacional del disco de la Vía Láctea, una estrella pasajera o una compañera como Némesis o Tyche que saca a los cometas de su zona de comfort.
Un planeta de gran tamaño que se encuentra en órbita fuera del Sistema Solar puede estar empujando a los cometas hacia el Sistema Solar |
Después de estudiar la órbita de más de 100 cometas en el Minor Planet Center, los investigadores concluyeron que el 80% de los cometas que nacen en la nube de Oort son empujados por la gravedad de la galaxia. El restante 20%, sin embargo, necesitó de un impulso de un objeto distante de 1.4 veces la masa de Júpiter. Todo apunta a que existe un objeto de este tipo en los linderos de nuestro sistema solar, sin embargo aún no se puede concluir sin lugar a dudas. Algo que podría cambiar con la observación del Telescopio WISE.
En la mitología griega Tyche era la diosa que regía la suerte de una ciudad; tal vez este misterioso objeto cósmico rije nuestra suerte controlando ritmos interestelares al envíar cometas que cíclicamente alteran la atmósfera de los planetas e incluso podrían inseminar, como espermas cósmicos, un cuerpo planetario con material genético que logre sobrevivir la radiación del espacio.
Fuente: pijamasurf.com
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