Se dice que por los pasillos del Policlínico Municipal se observan, en horarios nocturnos, caminar a espectros de un lado a otro atemorizando a su paso a los que se encuentran en el centro de salud bandeño.
Sobre estos episodios muchos testigos aseguran que pasadas la cero hora, momento en que en el lugar quedan pocas personas, se divisan tenues imágenes caminando y, muchas veces, dialogando entre ellas, ya que se trataría de muchos fantasmas de varias edades.
Según cuentan, se trataría de personas que habrían perdido la vida en el lugar. De acuerdo con las historias narradas, los fantasmas comenzaron a ser parte del sitio desde hace algunos años atrás.
Esta cuestión es confirmada por la seguridad nocturna, la cual está compuesta por cuatro jóvenes. “Nosotros tenemos miedo de quedarnos porque son impresionantes los ruidos que se escuchan”, comentó uno de ellos.
No obstante, y pese a los antecedentes, días atrás entró al servicio un señor que asegura que ya está acostumbrado a ver y escuchar cosas extrañas. Además, afirma que “los fantasmas no hacen nada. Salvo que los humanos empiecen a molestarlos, y ahí sí demuestran que no son nada amigables”.
Una de las cosas que me resaltaron los jóvenes como un hecho que causa mucho miedo, es escuchar el llanto de un bebé que proviene de todos lados, “porque no podemos descifrar en dónde se encontraría. Buscamos por todos los pasillos y hasta ingresamos a las salas, pero nunca vimos a una criatura. Sólo la escuchamos”, comentaron.
Sobre este peculiar llanto dijeron que el recién nacido es capaz de llorar toda la noche y al llegar el amanecer se calla automáticamente, “pero mientras tanto, ya hemos pasado un noche terrible”, agregaron.
Sin embargo, el día más fuerte que tuvieron que soportar allí adentro fue hace un año atrás, momento en que el fantasma de un anciano se le abalanzaba para pegarles. “No podíamos creer lo que nuestros ojos veían, pero todos estamos muy seguros de que lo vimos. Ninguno se movía del lugar. Cerrábamos los ojos y al abrirlos ya no estaba. Tuvimos que acostumbrarnos a ellos, porque de lo contrario no podríamos trabajar aquí”, confirmaron.
Seguramente hay más personas que no creen en estos tipos de apariciones que las que sí. Sin embargo, el personal de seguridad del Policlínico Municipal está más que seguro de que los fantasmas son los “dueños” del lugar durante las noches, sin importar que a sus alrededores haya gente viva.
Sobre estos episodios muchos testigos aseguran que pasadas la cero hora, momento en que en el lugar quedan pocas personas, se divisan tenues imágenes caminando y, muchas veces, dialogando entre ellas, ya que se trataría de muchos fantasmas de varias edades.
Según cuentan, se trataría de personas que habrían perdido la vida en el lugar. De acuerdo con las historias narradas, los fantasmas comenzaron a ser parte del sitio desde hace algunos años atrás.
Esta cuestión es confirmada por la seguridad nocturna, la cual está compuesta por cuatro jóvenes. “Nosotros tenemos miedo de quedarnos porque son impresionantes los ruidos que se escuchan”, comentó uno de ellos.
No obstante, y pese a los antecedentes, días atrás entró al servicio un señor que asegura que ya está acostumbrado a ver y escuchar cosas extrañas. Además, afirma que “los fantasmas no hacen nada. Salvo que los humanos empiecen a molestarlos, y ahí sí demuestran que no son nada amigables”.
Una de las cosas que me resaltaron los jóvenes como un hecho que causa mucho miedo, es escuchar el llanto de un bebé que proviene de todos lados, “porque no podemos descifrar en dónde se encontraría. Buscamos por todos los pasillos y hasta ingresamos a las salas, pero nunca vimos a una criatura. Sólo la escuchamos”, comentaron.
Sobre este peculiar llanto dijeron que el recién nacido es capaz de llorar toda la noche y al llegar el amanecer se calla automáticamente, “pero mientras tanto, ya hemos pasado un noche terrible”, agregaron.
Sin embargo, el día más fuerte que tuvieron que soportar allí adentro fue hace un año atrás, momento en que el fantasma de un anciano se le abalanzaba para pegarles. “No podíamos creer lo que nuestros ojos veían, pero todos estamos muy seguros de que lo vimos. Ninguno se movía del lugar. Cerrábamos los ojos y al abrirlos ya no estaba. Tuvimos que acostumbrarnos a ellos, porque de lo contrario no podríamos trabajar aquí”, confirmaron.
Seguramente hay más personas que no creen en estos tipos de apariciones que las que sí. Sin embargo, el personal de seguridad del Policlínico Municipal está más que seguro de que los fantasmas son los “dueños” del lugar durante las noches, sin importar que a sus alrededores haya gente viva.
Fuente: nuevodiarioweb.com.ar
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