Ella mató a cuchilladas a un hombre y él asesinó a su exnovia para después comérsela. Ambos se conocieron en el psiquiátrico, se enamoraron y ahora planean casarse
Michelle Gustafsson e Isakin Jonsson, conocidos por ser autores de dos asesinatos terroríficos en Suecia |
En el pasado han llamado la atención de los medios de comunicación escandinavos por sus terroríficos asesinatos. Ahora vuelven a las primeras páginas de los periódicos suecos por su insólito amor. La«mujer vampiro» y el «caníbal de Skara», cuyos nombres son Michelle Gustafsson e Isakin Jonsson, autores de los delitos más feroces llevados a cabo en los últimos años en Suecia, se habrían enamorado y están a punto de casarse.
Según cuenta el tabloide sueco «Expressen», la relación de estos dos criminales nació detrás de las barras del hospital psiquiátrico «Karsuddens», en Katrineholm, donde actualmente se encuentran internados.
Michelle Gustafsson tiene 23 años y fue detenida por haber asesinado a puñaladas en 2010 a un hombre, padre de cuatro hijos. Ella asegura que no recuerda nada del delito.
El nombre de «mujer vampiro» le fue impuesto por la prensa de este país después de que se conociera que tenía un blog en el que anunciaba sus desesos de cortarle la garganta a los pasajeros del metro de Estocolmo. En las fotos que publicaba en Internet aparecía vestida de vampiresa, con sangre en la boca mientras sostenía en la mano una sierra eléctrica, según publica «Corriere.it».
Por su parte, Isakin Jonsson, de 33 años, fue condenado en marzo de 2011 después de matar a su exnovia Helle Christensen, con la que tenía cuatro hijos. Le apodan el «caníbal de Skara» por la ciudad en la que vivía y tras comerse algunos trozos del cuerpo de la que era su compañera sentimental.
Petición de matrimonio virtual
La «mujer vampiro» y el «caníbal de Skara» se conocieron el 13 de noviembre y después comenzaron a hablar asiduamente por un famoso chat de Internet. «Después me pidió que fuera su chica», confiesa Gustafsson al diario Expressen.
«Amo a Michelle. Me gustaría empezar una nueva vida lejos del crimen. Queremos irnos a vivir juntos y casarnos, criar perros y dedicarnos a los piercing y los tatuajes», asegura Jonsson.
Sin embargo, la reclusión de ambos puede durar más de diez años, hasta que los doctores certifiquen que están en concidiciones de llevar «una vida normal».
Fuente: abc.es
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