danielorbis

jueves, 18 de noviembre de 2010

Misterios que sólo la fe los respalda. Milagros de fe

Astrologia
Vírgenes que muestran vida
¿Qué significado tienen estos frecuentes acontecimientos, que día a día se convierten en noticia? Los visitantes acuden en tropel a los lugares donde se han producido estos milagros modernos, circunstancia que tristemente, no se desaprovecha comercialmente. 
¿Cuáles son los motivos que impulsan a "tocar" el milagro? ¿Es acaso el afán de participar de un profundo acto de fe lo que atrae a las masas a sitios donde aparicionesvírgenes e imágenes que lloran han tenido lugar? ¿Es curiosidad, religiosidad excesiva, o al contrario, una necesidad de creer?
Uno de los sucesos más impactantes de los últimos años ocurrió el 2 de febrero de 1995, cuando una estatuilla de la Virgen de Medjugorje comenzó a llorar sangre ante una humilde familia de Civitavecchia, Italia. 
Fabio Gregori, un electricista de 42 años, le encargó al párroco del pueblo, aprovechando un viaje, una figura de la Virgen de la localidad croata de Medjugorje, famosa por sus célebres apariciones marianas. Ni bien recibió el encargo, colocó la figura en el jardín de su casa.
Un buen día, la pequeña hija del matrimonio, de seis años de edad, vio interrumpidos sus habituales juegos en el jardín por algo que la sobrecogió. 
La imagen de la Virgen estaba llorando sangre. Asustada, fue corriendo a decírselo a sus padres, y con asombro, constataron que la niña decía la verdad. Fabio corrió a informar lo sucedido al párroco que le había traído el encargo, convirtiéndose el padre Pablo en testigo directo del suceso. La noticia se difundió por todo el planeta, sobre todo cuando, luego de los análisis correspondientes, se constató que se trataba de sangre. 
Civitavecchia se convirtió en el centro de todas las miradas de la Iglesia, y lugar de peregrinaje de fieles y curiosos.
Pero no solo lloran las figuras marianas. Entre 1984 y 1985, varios carteles con la imagen de la Virgen de Fátima se tiñeron de rojo en Canadá, durante la diócesis de Québec. Más de veinte casos fueron contabilizados durante ese período.
Conviene trazar una línea entre el fervor ante estos fenómenos, que no debe confundirse con el verdadero sentimiento religioso, que se manifiesta de manera mucho más humilde y personal, no en vano la Iglesia católica actúa con gran reserva en estos casos. No se refuta de ningún modo la afirmación de que los hechos han tenido lugar, pero queda por esclarecer el verdadero origen del milagro.
Los misterios cristianos son simplemente un tema de fe. Todo intento de esclarecerlos científicamente está condenado al fracaso, no solo es insensato sino que carece de objeto. 
La fe, que es capaz de mover montañas, nos aleja de toda interpretación sutil. 
Los fenómenos naturales, las leyes de la vida, nos son enteramente desconocidos. 
No conocemos de modo cierto más que un pequeño número de puntos que se destacan como luces brillantes en medio de la oscuridad.
Los hechos de telepatía parecieron en otros tiempos, milagrosos. Todos estos fenómenos ¿no se explicarán tal vez por leyes misteriosas de las que no tenemos todavía la menor idea? 
¿Acaso podemos encontrar una explicación científica a fenómenos que sólo la fe justifica? Dios se comunica de muchas maneras, es el hombre quien tal vez, da las respuestas equivocadas.

Marcas que asemejan lágrimas en estatuas de la Virgen María, imágenes que aparecen en ventanales, sombras y ¡figuras que aparecen inclusive en radiografías! Fenómenos que han creado más de una controversia en el ámbito científico y el mundo eclesiástico. 
Son muchísimos los casos reportados en todo el mundo y cada vez más personas relacionan estos sucesos con mensajes divinos.



Fuente:aol.com

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