El hallazgo se ha producido en el colisionador de partículas RHIC del Laboratorio Nacional de Brookhaven |
Se trata de núcleos de Antihelio 4 formados por dos antiprotones y dos antineutrones
Se trata de núcleos de Antihelio 4, la imagen especular del Helio 4, formados por dos antiprotones y dos antineutrones. El hallazgo se ha producido en el colisionador de partículas RHICdel Laboratorio Nacional de Brookhaven, del Departemento de Energía de Estados Unidos, y aportará datos útiles para el nuevo detector de antimateriaAMS que este mismo jueves será llevado a la Estación Espacial Internacional en el último viaje del transbordador Endeavour.
Hace cerca de un año, los Físicos del Laboratorio Nacional de Brookhaven publicaron un artículo en el que describían el hallazgo de un extraño núcleo atómico. No estaba compuesto de materia ordinaria, sino de antimateria, y además incorporaba una extraña clase de quarks en lugar de los habituales «arriba» y «abajo» de los que todos estamos hechos.
Ahora, Brookhaven vuelve a estar de actualidad, ya que allí se acaba de producir un núcleo de anti helio 4, la mayor partícula de antimateria obtenida hasta ahora en un laboratorio. El ritmo al que estas antipartículas se generaban en el interior del colisionador de Brookhaven sugiere que muy pronto se podrán obtener núcleos de antimateria aún mayores.
Según las teorías actuales, por cada partícula de materia que existe en el Universo tiene que haber otra de antimateria, con igual masa pero con carga eléctrica opuesta. El problema es que cuando materia y antimateria entran en contacto, se aniquilan mutuamente. Lo cual da lugar a uno de los mayores misterios de la Física moderna: si durante el Big Bang se generó igual cantidad de materia que de antimateria, ¿por qué el Universo parece estar hecho por completo de materia ordinaria? ¿Dónde está la antimateria que falta?
Más de mil millones de colisiones
Responder a estas preguntas es la misión de algunos de los mayores laboratorios de física del mundo, entre ellos el Colisionador de iones de Brookhaven (Relativistic Heavy Ion Collider, RHIC), del Departemento de Energía de Estados Unidos. En su interior se simulan las condiciones que reinaban en el Universo justo después del Big Bang, justo en los instantes en los que debió de existir la misma cantidad de materia que de antimateria.
Durante el experimento se efectuaron más de mil millones de colisiones entre partículas. Colisiones durante las que se generaron cerca de medio billón de nuevas partículas, surgidas de la energía liberada en los impactos. Pero en 18 de esas colisiones los investigadores lograron detectar la firma única de núcleos de antihelio 4.
Un núcleo de Helio ordinario consta de dos protones y dos neutrones, cada uno de los cuales está a su vez formado por quarks. Como si de una imagen en el espejo se tratara, el núcleo de antihelio consta de dos antiprotones y dos antineutrones. Cuanto mayor y más pesada sea una partícula, más energía hay que invertir en el acelerador para que esa partícula se cree, como ha sido el caso, como consecuencia de una colisión.
«Es probable que el antihelio sea la partícula más pesada que se pueda ver en un acelerador durante bastante tiempo», asegura Xiangming Sun, de la Universidad de Berkeley y uno de los miembros del equipo de investigación que ha realizado el experimento. «Después del antihelio - afirma el científico- el siguiente núcleo estable de antimateria sería el antilitio, cuya producción en un acelerador es dos millones de veces menos probable que la del antihelio».
Galaxias hechas de antimateria
Para buscar partículas aún más pesadas, la Ciencia cuenta con elAMS (Espectrómetro Magnético Alfa), un instrumento que este mismo jueves será llevado a la Estación Espacial Internacional en el último viaje del transbordador Endeavour. Con el AMS, los científicos esperan averiguar si «ahí fuera» existen estrellas, o incluso galaxias enteras, hechas exclusivamente de antimateria.
El nuevo hallazgo en Brookhaven servirá, también, para que el AMS afine sus instrumentos e intente localizar nubes de antihelio 4 en la inmensidad del espacio. Si lo consigue, demostraría que es posible la existencia de una gran cantidad de antimateria en nuestro propio Universo. Una antimateria que formaría sus propias estructuras independientes de las que están hechas de materia ordinaria.
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