Las Perseidas, la lluvia de estrellas de agosto que el pasado fin de semana tuvo su mayor pico, no solo ha dejado hermosas imágenes, sino que también un rastro sonoro. Un radar de vigilancia espacial de la Fuerza Aérea de EE.UU. en Texas ha podido captar el sonido de la lluvia de meteoros cuando golpeaba la atmósfera de la Tierra. El valor del documento reside, además de en la rareza del sonido -parece una película de alienígenas-, en la extraordinaria oportunidad de escuchar un fenómeno que la mayoría de los observadores cree que, simplemente, se produce en silencio.
La estación de radar del lago Kickapoo forma parte de un programa norteamericano que consiste en detectar, rastrear, catalogar e identificar los objetos artificiales que orbitan la Tierra, como los satélites activos e inactivos, cohetes o restos de basura espacial, según explican en Universe Today. El radar puede detectar objetos de 10 centímetros, a una altura de hasta 30.000 km.
En esta ocasión, las Perseidas aparecieron en su objetivo. Las lágrimas de San Lorenzo, como también se las conoce, son en realidad los restos del cometa Swift-Tuttle, cuya órbita atraviesa la Tierra todos los años a mediados del mes de agosto. Al penetrar en la atmósfera, las partículas de polvo dejadas por el cometa se encienden y se consumen en pocos segundos, dejando su magnífica estela luminosa.
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