Fue en 2008 en San Carlos, en la provincia de Salta, y nunca se supo bien qué había ocurrido.
Uno de los hechos más sorprendentes de los últimos años en Salta fue, sin dudas, la aparición de un ser de aspecto humanoide que recorrió los Valles Calchaquíes en mayo de 2008. Su presencia fue denunciada por personas que no se conocían entre sí, pero que coincidieron en describir el aspecto del extraño visitante.Fueron varios los testigos y una institución como la Policía fue la primera en recibir el relato de lo que los testigos que habían vivido.
Las denuncias fueron hechas en San Carlos y en un paraje montañoso. San Carlos está cerca de Cafayate, a 261 kilómetros de la ciudad de Salta. En general muy pocas cosas interrumpen su vida pueblerina, aunque hubo varios avistamientos de objetos en el cielo.
Todo comenzó una tarde tranquila cuando Omar Ferlatti, un mecánico del lugar, estaba junto a su socio Walter López, cuando advirtieron la presencia de un extraño ser que pasaba como si nada por una vereda cercana. Medía unos 40 centímetros de altura y lo rodeaba un extraño brillo. Aparte de la brevedad de la estatura, este ser humanoide caminaba lentamente como si supiera que nada interrumpiría su paseo.
Detalladas descripciones
Los testigos tuvieron, por tanto, mucho tiempo para ver los detalles del personaje. Ferlatti lo describió como una persona pequeña, “de cabeza chata, peinado con raya al medio. Tenía ojos oscuros, sin pestañas, ni cejas.
Tenía una nariz puntiaguda, muy recta que terminaba en punta en la parte de abajo. Sus labios eran muy finos, pero la boca grande.
Tenía la cara redonda, pero la pera le sobresalía.
La vestimenta era como un buzo, marrón oscuro, que se iba degradando hasta quedar clarito en el centro.
El pantalón era largo pero hasta las canillas.
Del mismo color que el buzo. Caminaba con la cintura dura. Era chueco, muy chueco, aunque los pies no los llegué a ver.”, describió Ferlatti a la Policía.
Por supuesto que Ferlatti y López quisieron acercarse más a este personaje que parecía no reparar en ellos. Así lo hicieron, animándose el uno al otro. Primero saludaron, pero al no recibir respuesta del humanoide, decidieron interponerse en su camino.
Sin embargo, una fuerza extraña no les permitió acercarse más allá de unos tres metros. “Nos quedamos como pegados al suelo”, dijeron los mecánicos. En ese momento comprendieron que estaban frente a un hecho que no tenía nada de regular.
El relato de los pobladores coincidió con otra denuncia hecha por una pastora de un paraje cercano, que fue sorprendida por el extraño visitante cuando cuidaba sus ovejas. Esa testigo también describió al ser extraño con lujo de detalles. Ella también relató que al intentar acercarse al personaje, no pudo vencer una fuerza invisible que lo protegía.
La Policía local confirmó la veracidad de los hechos por la concordancia de las versiones de los testigos, que no se conocían entre sí.
¿Qué pasó aquella tarde de mayo en San Carlos? ¿Quién era este extraño personaje que descaradamente paseó su fantástica presencia a la vista de todos? Seguramente, las respuestas a estas preguntas no se encontrarán, al menos, en este mundo.
Fuente: Contexto.com.ar
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