Como Werner Jaisli, un contactado suizo que compró una propiedad en Cachi para construir una estrella de 36 puntas y 48 metros de diámetro para responder un pedido de los extraterrestres, muchos nuevos ciudadanos han llegado hasta Salta en este nuevo milenio, siguiendo una migración enigmática.
Personas que lo han oído de la Virgen, yoguis, naturistas y visionarios de toda índole han comenzado a formar parte de la población salteña del siglo XXI.
Pero nuestra provincia no es un destino reciente para los buscadores de enigmas. Ya en los años "50 se la mencionaba como una base de naves extraterrestres. En esos años, Ricardo Jordán, un medium que aseguraba comandar un grupo de personas que recibían constantes mensajes extraterrestres, aseguró que Salta era “un lugar elegido”.
El cigarro volador
En abril de 1956, la aparición del “cigarro volador” sobre el Cono de Arita por horas, con cientos de testigos y fotografías, puso a Salta en el mapa mundial de la ovnilogía. En la misma época hubo una explosión sobre el cerro El Macón y los investigadores encontraron extrañas huellas el lugar. El ruido que produjeron estas noticias pasó a convertirse en “contactos” como el del “Equipo de mediums-radar R. Jornán”, que en esos años afirmó realizar activamente los preparativos para conversar “con los navegantes extraterrestres”.
He aquí los prolegómenos de las hermandades platillistas y grupos de contactados, cuyos orígenes los encontramos en los movimientos espiritistas que florecieron a principios del siglo XX y que lograron su más oscura expresión con el nazismo.
A finales de octubre de 1956, R. Jordán vaticinó (según el semanario “Orbe 8 En la Actualidad Mundial”, Buenos Aires, del 29 octubre 1956): “Dentro de poco podré darles noticias sorprendentes. Por de pronto, los medium-radar con los cuales estoy en contacto confirman que alrededor del 7 de diciembre aparecerán en Estados Unidos, y en otros lugares del mundo, y posiblemente en la zona de Salta, máquinas voladoras de otros planetas, con misión de paz, que ya se habían anunciado en mensajes captados anteriormente”.
Avistaje en San Lorenzo
Al mes siguiente de tan fervoroso anuncio se produjo un resonado avistamiento. El Tribuno, el 4 diciembre de 1956, recogió las declaraciones de Dora Aráoz Castellanos de Jovanovics, quien afirmó que “en la noche del 25 al 26 de noviembre vio en el cielo, en un lugar próximo a su residencia veraniega, ubicada cerca de San Lorenzo, un extraño artefacto aéreo que, luego de permanecer durante algunos minutos en el aire, descendió en un claro del monte próximo al lecho del río. Según la narración de la señora de Jovanovics -continúa la nota-, la máquina tenía forma circular, con dos pequeñas cúpulas, una arriba y la otra abajo y despedía, de lo que parecía ser una mirilla, fulgores lechosos.
“En un momento dado, la extraña aparición descendió hasta unos 200 metros. Entonces, se abrió una portezuela inferior, saliendo al exterior un fuerte haz de luz, similar al de un reflector, que iluminó gran parte de la escena. Instantes después, el artefacto descendió hasta el claro del bosque. No obstante la lluvia que caía en ese momento, pudo observarse cómo pequeñas manchas de color marrón se movían sobre su superficie”, dijo Jovanovics.
Fuente:eltribuno.info
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