Quedó aterrorizado y sin lograr articular palabra.
El presunto espanto volvió a atacar en Pinto, departa mento Aguirre.
Esta vez la víctima resultó el sereno, único sobreviviente de los doce albañiles contratados para terminar la construcción del barrio Islas Malvinas. Hasta este momento, el sereno era uno de los que no creía en estas “manifestaciones”.
Allegados al suceso manifestaron que anteanoche, Pedro Kluetz, de 63 años, corrió idéntica suerte que el albañil Marcelo Ledesma (“El Negro”), quien había afirmado haber sido golpeado por “un hombre de cabeza y manos grandes, cuernos negros”, hace una semana.
Ahora, algunos amigos revelaron que Pedro fue sorprendido por “algo grande y feo”.
El sereno habría sido encontrado llorando por un vecino en medio de la oscuridad.
Hubo vecinos que le sugirieron dejar su trabajo y regresar a su hogar, ubicado en el barrio Siglo XXI, pero Pedro habría priorizado su trabajo, por encima de su seguridad y el miedo.
La desazón es mayor, ya que los únicos que se quedaron a trabajar fueron Pedro y el encargado de la obra. La docena de albañiles dio un paso atrás, a causa de los “espantos”.
No es para menos. La geografía en que se levanta la obra conjugan todas las piezas que acentúan el miedo: oscuridad, soledad y un pasado ligado a un cementerio abandonado.
Con el sereno al borde de un ataque de nervios, ya no quedan más víctimas. Todos los albañiles sufrieron las secuelas de un hecho que califican de “anormal”, al que vinculan con estudiantes de magia negra, al parecer antiguos “habitantes” de la zona en pugna.
Ayer Pedro permanecía en su trabajo. Se sabe que fue calmado y que esperará al encargado de la obra que retornará hoy a la noche o bien mañana temprano.
Allegados al suceso manifestaron que anteanoche, Pedro Kluetz, de 63 años, corrió idéntica suerte que el albañil Marcelo Ledesma (“El Negro”), quien había afirmado haber sido golpeado por “un hombre de cabeza y manos grandes, cuernos negros”, hace una semana.
Ahora, algunos amigos revelaron que Pedro fue sorprendido por “algo grande y feo”.
El sereno habría sido encontrado llorando por un vecino en medio de la oscuridad.
Hubo vecinos que le sugirieron dejar su trabajo y regresar a su hogar, ubicado en el barrio Siglo XXI, pero Pedro habría priorizado su trabajo, por encima de su seguridad y el miedo.
La desazón es mayor, ya que los únicos que se quedaron a trabajar fueron Pedro y el encargado de la obra. La docena de albañiles dio un paso atrás, a causa de los “espantos”.
No es para menos. La geografía en que se levanta la obra conjugan todas las piezas que acentúan el miedo: oscuridad, soledad y un pasado ligado a un cementerio abandonado.
Con el sereno al borde de un ataque de nervios, ya no quedan más víctimas. Todos los albañiles sufrieron las secuelas de un hecho que califican de “anormal”, al que vinculan con estudiantes de magia negra, al parecer antiguos “habitantes” de la zona en pugna.
Ayer Pedro permanecía en su trabajo. Se sabe que fue calmado y que esperará al encargado de la obra que retornará hoy a la noche o bien mañana temprano.
Fuente: contexto.com.ar
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