La atmósfera del planeta Saturno se muestra normalmente tranquila y en calma, pero una vez al año -ojo, un año de Saturno son treinta en la Tierra-, cuando la primavera llega al hemisferio norte de este mundo gigantesco, algo se agita profundamente bajo las nubes, provocando una terrible tormenta como jamás hemos experimentado en el planeta azul. Esto es lo que ocurrió en diciembre de 2010, cuando los instrumentos científicos de la sonda Cassini de la NASA, en órbita alrededor del planeta, y un buen número de astrónomos aficionados detectaron una colosal borrasca que tiempo después alcanzó un tamaño diez veces superior al de la Tierra.Fue tan excepcional, tan grande, que algo ocurrido a 1.400 millones de kilómetros de distancia pudo ser visto con telescopios convencionales.
Imágenes termales de Saturno
Ahora, el acontecimiento ha sido estudiado al detalle utilizando la cámara infrarroja del Very Large Telescope (VTL)del Observatorio Europeo Austral (ESO) en unión a las observaciones de la Cassini. Se trata de la sexta de estas tormentas terroríficas descubiertas desde 1876, y la primera en ser estudiada en el infrarrojo termal, para ver las variaciones de temperatura, y en ser observada por una nave en órbita.
«Esta alteración en el hemisferio norte de Saturno ha creado una gigantesca, violenta y compleja erupción de nubes brillantes, que se ha extendido para rodear todo el planeta», explica Leigh Fletcher, de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, autor principal del estudio.
En el fondo de las nubes
Por primera vez, los científicos han podido revelar las regiones oscuras de la atmósfera y medir los cambios importantes en las temperaturas y los vientos. La tormenta pudo tener su origen en el fondo de las nubes de agua donde un fenómeno similar al de una tormenta eléctrica impulsó la reacción. Al igual que el aire caliente sube en una habitación climatizada, esta masa de gas se abrió paso en la atmósfera superior de Saturno.
Algunas de las características inesperadas vistas por los científicos son las balizas estratosféricas. Se trata de cambios de temperatura muy fuertes en la estratosfera de Saturno, desde 250 a 300 kilómetros por encima de las nubes de la atmósfera inferior. El resultado, todo un espectáculo.
Fuente: abc.com
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