Steve Hornsby es el protagonista de la última polémica que ha recorrido los foros de discusión de medio mundo.
Hornsby, de 61 años de edad, explicó a los medios británicos cómo la tarde del pasado jueves le sorprendió una tormenta cuando se dirigía a su garaje, en la localidad costera de Bournemouth (en el condado de Dorset, al sur de Gran Bretaña). Se refugió en el él, pero una vez que la tormenta había terminado se dio cuenta de que el césped del jardín estaba salpicado de bolas azules. Se encontró al menos una docena de pequeñas bolas de gelatina azul turquesa, “muy difíciles de recoger”, y las metió en un tarro de mermelada.Las pequeñas esferas miden casi tres centímetros, no huelen, no son pegajosas y no se derriten.
Más allá de esto, la historia tiene todos los elementos de un suceso de ciencia ficción. Hornsby, que trabaja como ingeniero aeronáutico, explicó que desde el garaje vio como el cielo se oscurecía enormemente para después tomar un color amarillo. Tras esto hubo una fuerte tormenta de granizo que duró unos 20 segundos.
Teorías de todo tipo
No hubo que esperar mucho para que cada ciudadano británico pudiera elaborar su propia teoría al respecto. Hornsby, quizás por deformación profesional, pensó en un primer momento que las esferas podrían haber caído desde un avión. Otros dijeron que se trataban de huevos de algún animal marino, posiblemente arrojados al jardín por algún pájaro. Por supuesto no faltó quien observó que este año 2012 es el del fin del mundo y consideró más que probada una inminente invasión alienígena. Incluso se apuntó a la posibilidad de que las esferas fueran excrementos de ángeles.
Hornsby se decantó por confiar en la ciencia y llevó su tarro de esferas a la Universidad de Bournemouth, que publicó ayer los resultados un primer examen. El asistente de la investigación, Josie Pegg, declaró a los medios que, aunque todavía no sabían de qué se trataba exactamente, se podía descartar que estuviéramos ante materia orgánica. Los aliens, los huevos y los excrementos de procedencia celestial quedaron descartados.
A falta de que se publique el análisis definitivo parece que el misterio de las esferas azules se va a quedar en nada. Todo apunta a que estamos antepoliacrilato de sodio, una sustancia que se usa como gel hidratante, muy común en jardinería. Este producto se comercializa normalmente en bloques y se deja semienterrado en la tierra de una maceta para que libere agua poco a poco y mantenga a la planta hidratada si su dueño pasa una temporada larga fuera de casa.
Eso sí: cómo ha llegado esto al jardín de un ingeniero aeronáutico de Reino Unido continúa siendo un misterio. Tal vez alguien derramó la sustancia mientras estaba cortando flores que estaban en un jarrón llenó del gel en cuestión. Quizás algún gamberro las lanzó para molestar a Hornsby, sin pensar siquiera que su travesura iba a tener tanta repercusión.
En cualquier caso, el misterio tendrá una respuesta definitiva en cuanto se publiquen los resultados del análisis químico. Entonces podremos saber de donde vinieron las bolitas azules que cayeron del cielo.
Fuente: elconfidencial.com
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