Mundo Insólito: Después de muerto roncó en el velatorio

La progenitora del hombre al enterarse que su hijo falleció, se infartó y ambos se fueron al cielo.

Un hombre después de muerto comenzó a roncar en pleno velatorio. Su madre no soportó tremenda noticia y se murió de un infarto. Aunque ambos están sepultados, vecinos y amigos del finado Freddy Urbano Chávez, de 42 años, no salen del asombro. El hecho ocurrió en el recinto Puruhuay, cantón Echeandía, provincia de Bolívar.

Allegados comentan que el cadáver estaba velándose y al acercarse al ataúd se percataron que salía un ronquido, lo cual evidenciaba que el hombre aún estaba vivo. En ese momento solo los valientes se quedaron en el velorio, mientras otros se fueron pensando que lo que veían sus ojos no era normal.

En tanto que otra parte de la familia gritaba desesperada “no lo dejen morir, no lo dejen morir”, “está vivo, está vivo”, y comenzaron a sacarle los tapones de algodón colocados en boca y nariz. Marcelo Urbano comentó que su hermano Freddy sufrió un derrame cerebral y lo llevaron al hospital Universitario, de Guayaquil, donde fue internado, pero los médicos confirmaron su muerte y lo llevaron a velar a Echeandía.

Creyendo que podrían ayudarlo a revivir lo trasladaron hasta el hospital Eugenio Espejo, de Quito, pero los galenos al realizarle varios exámenes dijeron que el cerebro del paciente estaba muerto, y lo único que tenía era oxígeno en los pulmones y por eso se generaban los ronquidos.

Esta historia poco común afectó a Amalia Chávez, de 83 años, quien al enterarse que su hijo había fallecido en Guayaquil, le dio un infarto y se fue al cielo junto a él.

Versión del forense

El médico legista de la Fiscalía de Babahoyo, Arnoldo Romero, dijo que cuando una persona fallece y todavía le quedan residuos de oxígeno en la cavidad pulmonar, esos gases suelen salir cuando se mueve el cadáver, y posiblemente esto fue lo que ocurrió en el cantón Echeandía.

Descartó también que una persona pueda vivir una vez que se le práctica la autopsia de ley, ya que es una cirugía científica donde las cavidades del cuerpo humano tienen que abrírselas, tanto craneal, torácica y más la formolización, los fulmina por completo, explicó el profesional, quien tiene 28 años como médico legista.

Fuente: diario-extra.com