El whisky escocés ha permanecido en la Antártida desde que el explorador anglo-irlandés Ernest Shackleton lo dejara allí tras fracasar en su intento de alcanzar el Polo Sur, durante una expedición que emprendió en el año 1907.
En total, se han localizado cinco cajas de la marca Mackinlay, propiedad de la destiladora Whyte and Mackay, en Glasgow. Las cajas fueron halladas el año pasado, pero no ha sido hasta esta semana cuando tres de estas botellas han sido trasladadas a la destilería para que las analice el propietario de la marca y determine su estado de conservación.
Según ha informado Discovery.com, la bebida se ha conservado a una media de 22 grados bajo cero, una temperatura en la que el whisky aún puede permanecer en estado líquido. Los exploradores, pertenecientes a una expedición enviada al lugar para restaurar una cabaña que dejó Shackleton, sólo se han traído una parte del whisky, que ha sido hallado junto a otras botellas de brandy.
Al parecer, Shackleton y su equipo dejaron abandonada en la cabaña la bebida tras comprobar que su expedición no iba a tener éxito.
El hallazgo se produjo cuando una expedición enviada al lugar para restaurar una cabaña que dejó Ernest Shackleton después de su expedición sin éxito al Polo Sur en 1907, encontró cinco cajas de whisky abandonadas.
Se cree que el whisky fue embotellado en Escocia en 1896 o 1897, lo que le sitúa entre uno de los más antiguos del mundo que se conservan en la actualidad. "Nunca en la historia de nuestra industria habíamos tenido una botella centenaria conservada en un congelador natural y sometida a una de las condiciones más duras del planeta", dijo Richard Paterson, experto de Whyte and Mackay's.
Fuente: larazon.es
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