Investigadores afirman que la casi totalidad de las estrellas que existirán en el Cosmos han nacido ya.
Los Pilares de la Creación, una de las imágenes más hermosas del Universo,
Un equipo internacional de astrónomos acaba de publicar en ArXiv un estudio en el que afirman que la casi totalidad de las estrellas que nunca existirán en el Universo han nacido ya. Lo cual implica, en la práctica, que ya no se forman, o casi, nuevas estrellas que sustituyan a las que se van apagando.
Los investigadores, británicos, norteamericanos, holandeses y canadienses, utilizaron para su trabajo tres de los mayores telescopios terrestres que existen: el Subaru, el UK Infrared Telescope (ambos en Hawai) y el Very Large Telescope, en Chile. Sus datos combinados han dado como resultado el estudio más preciso que existe hasta la fecha sobre formación estelar.
Se trataba de medir lo más exactamente posible el ritmo de formación de nuevas estrellas en el Universo y de localizar, a la vez, las regiones donde la "natalidad" es mayor. Pero los resultados fueron toda una sorpresa para los científicos. De hecho, la tasa de nacimiento de nuevos soles ha decrecido de tal forma que el Universo, en el tiempo que le queda de vida, apenas si llegará a formar un 5% más de estrellas de las que ya existen en la actualidad.
Según ha explicado a la revista Time David Sobral, de la Universidad de Leiden y autor principal de la investigación, los astrónomos buscaron para su estudio un indicador muy concreto, los fotones H-alfa, emitidos por los átomos de hidrógeno durante el proceso de formación de nuevas estrellas.
Y fue así, calculando la cantidad de estos fotones en distintos momentos de la historia del Universo (cuando tenía 2.000, 4.000, 6.000 y 9.000 millones de años de edad) como los investigadores llegaron a su sorprendente conclusión. Un trabajo exhaustivo y que han tardado cinco largos años en completar. "Toda la acción del Universo -explica Sobral- tuvo lugar hace miles de millones de años".
En concreto, los astrónomos han calculado que la mitad de las estrellas que existen se formaron en los primeros 5.000 millones de años de vida del Universo y que el resto, a un ritmo cada vez más lento, se creó a partir de entonces (en los 9.000 millones de años restantes) y hasta el presente. El Universo tiene en total 13.700 millones de años de edad.
Muchas moribundas
El estudio contribuye a explicar la gran diferencia que hay entre el número de estrellas que deberían existir (si las tasas antiguas de formación se mantuvieran) y el que efectivamente existe y es observable por los astrónomos. Para Sobral, a pesar de que "ahí fuera" hay un gran número de estrellas moribundas (que en teoría deberían aportar su material para la formación de nuevas estrellas), en realidad no está sucediendo así. La razón es que, para que nazca una estrella, deben darse una serie de condiciones muy concretas y que cada vez son menos comunes.
"Se necesita que el gas sea lo suficientemente denso y frío -explica el científico- para que forme estrellas. Y es cierto que cuando explota una supernova sus ondas de choque ayudan a que el gas sea más denso y favorezca la formación de nuevas estrellas. Pero si la explosión es demasiado energética (cosa que sucede muy a menudo), puede lanzar el gas fuera de la galaxia".
Para los investigadores, la cuestión principal es la de tratar de comprender por qué está sucediendo esto. Y por qué, aparentemente, las condiciones para que se formen nuevas estrellas son mucho peores ahora que en el pasado. En palabras de Sobral, "es como si las condiciones específicas para que el gas se enfríe y se haga más denso fueran ahora mucho peores de lo que eran hace muchos millones de años".
Para dar con una respuesta, Sobral y su equipo se están centrando ahora en el estudio de las regiones concretas en las que aún siguen naciendo estrellas. El científico espera descubrir así qué es lo que ha cambiado, y por qué, a lo largo del tiempo.
Beneficioso para la Tierra
Sin embargo y aunque pueda parecer irónico, este enorme "frenazo" de la fábrica estelar del Universo ha tenido, para nosotros, consecuencias más que beneficiosas: "Todo esto podría parecer deprimente, pero si lo pensamos bien, una de las razones por las que nosotros (los humanos) estamos aquí es precisamente el hecho de que la tasa de formación de estrellas sea así de baja. Si se hubiera mantenido el ritmo acelerado (de los primeros tiempos), prácticamente no habría posibilidades de que un planeta como el nuestro lograra sobrevivir".
Además, añade Sobral, el número de estrellas de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, es muy alto. Y dado que incluso la menor de las esperanzas de vida de una estrella se mide en miles de millones de años, tendrá que pasar aún un tiempo muy largo hasta que podamos observar el nacimiento de la última estrella.
Fuente: abc.es
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