Algunos grandes millonarios son conocidos por gastar la menor cantidad posible de sus fortunas.
Ebenezer Scrooge, protagonista del “Cuento de Navidad” de Charles Dickens es posiblemente el millonario avaro más famoso de la ficción. Este personaje ha inspirado a otros más modernos como el Tío Gilito, nacido de la factoría Disney, o al malvado señor Burns de «Los Simpson».
Sin embargo, la tacañería no es un atributo exclusivo de personajes creados por la literatura, el cine o la televisión. En el mundo real, por desgracia, también han abundado los poseedores de grandes fortunas decididos a aumentarlas sin descanso a fuerza de no gastar ni un céntimo. Ahora, gracias al el blog «Culturizando» podemos conocer ocho de los tacaños más famosos de la historia:
1.-Hetty Green:
Conocida como «la Bruja de Wall Street», Henrietta Green fue la mujer más rica del siglo XIX. A su muerte, en 1916, su fortuna era de casi 200 millones de dólares -más de 2.000 millones de euros actuales-. Quizá su gran capital se debía a que durante su vida se negó rotundamente a ayudar a los más necesitados, incluso si eran miembros de su familia. Su hijo se rompió una pierna de niño. En lugar de pagar el tratamiento, intentó que fuese atendido en un hospital gratuito para los pobres. Tras su muerte, gran parte de esta fortuna fue despilfarrada por sus descendientes.
2.-Jean Paul Getty:
El fundador de la Getty Oil Company amasó su fortuna durante la Gran Depresión. Con el paso de los años llegó a tener intereses en más de 200 empresas, hasta que en 1966 el Libro Guinnes de los Records lo designó el ciudadano privado más rico del mundo. Cuando murió, en 1976, contaba con una fortuna de unos dos mil millones de dólares de la época. Su tacañería llegaba al extremo de haber instalado un un teléfono de pago en su mansión. Además, en los años 70 se negó a pagar un rescate de 17 millones a cambio de la libertad de uno de sus nietos. Cuando los secuestradores enviaron una oreja del chico a un periódico aceptó entregarles sólo 2,2 millones de dólares.
3.-John Elwes:
Este político inglés fue la inspiración de Dickens a la hora de crear a Ebenezer Scrooge. Elwes poseía una fortuna superior a los 21 millones de euros actuales. Sin embargo, vivía como un pobre en una casa ruinosa. Su ropa eran casi harapos y se iba a la cama cuando caía la noche para evitar gastar dinero en velas.
4.-Ingvar Kamprad:
El fundador de IKEA es una de las personas más ricas del planeta. Aunque su fortuna se estima en seis mil millones de dólares, este empresario sueco conduce un Volvo de hace 15 años, vuela en clase turista y recicla las bolsas de té. También es conocido por ahorrar en impuestos, ya que en los años 70 cambió su residencia a Suiza, país mundialmente reconocido como paraíso fiscal.
Los excéntricos hermanos Homer y Langley Collyer vivieron juntos en su casa de Nueva York durante toda su vida. Ambos tenían miedo de los intrusos y a medida que envejecían se convirtieron en auténticos ermitaños, hasta el punto de llegar a taparon las ventanas y poner trampas para evitar robos. Les cortaron el agua, la electricidad y el gas, ya que no pagaban las facturas. Cuando fallecieron la policía encontró 130 toneladas de basura y trastos en la casa. Sus posesiones fueron valoradas en unos 91.000 dólares, unos 900.000 euros al cambio actual.
6.-Oliver Cromwell:
En 1647 este político y militar inglés lideró el movimiento puritano que intentaba convertir la Navidad en una estricta celebración religiosa. En Londres, dio poderes a los soldados para confiscar todas las comidas preparadas para esas fiestas, árboles navideños y cualquier tipo de decoración, además de prohibir los villancicos. Estos tiempos tan tristes duraron hasta que Cromwell fue derrocado en 1660.
7.-Andrew Carnegie:
Pese a tener una fortuna de unos 3.000 millones de dólares al cambio actual, este empresario escocés nacido en 1835 era conocido por su gran tacañería. Emigró muy joven a Estados Unidos, donde consiguió amasar toda su fortuna en la industria del acero. Su fama de avaro aumentaba a medida que lo hacía su riqueza y llegaba al extremo de dejar un centavo como propina por un auténtico banquete. Sin embargo, al final de su vida se convirtió en un auténticofilántropo. Donó millones de dólares a la investigación científica y fundó más de tres mil bibliotecas por todo Estados Unidos y el resto del mundo.
Este noble de origen austriaco, se convirtió en barón a la muerte de su padre, en 1759, de quien heredó una gran fortuna. Durante un tiempo vivió con veinte sirvientes en los Broad Street Buildings londinenses, pero poco a poco se fue convirtiendo en un personaje excéntrico y miserable, cambiando una vida de lujo por una pequeña vivienda. Antes de morir escondió su fortuna -alrededor de 200.000 libras de la época- en torno a su modesta casa, para que sus hijas tuvieran que encontrarla.
Fuente: abc.es
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