Dentro de nuestros cráneos tenemos una máquina llamada cerebro con capacidad de memoria suficiente para albergar 3 millones de horas de vídeo reproduciéndose permanentemente durante 300 años. Los cien mil millones de neuronas con las que nacemos pueden procesar 2,5 petabites de información. Eso es, al menos, lo que creen algunos expertos cuando usan sus mismas máquinas intracraneales para pensar.
Hecha la medición, la tentación surge inmediatamente. ¿Tendremos algún día un ordenador capaz de imitar esta capacidad? Y la respuesta asusta: sí, y antes de lo que usted cree.
En la actualidad, gracias a avances en la computación como el plasmado en el ordenador Blue Gene de IBM, la tecnología informática es capaz de desarrollar una potencia similar a la del cerebro de un ratón uniendo en paralelo el esfuerzo de unos centenares de procesadores de un giga. El cerebro más complejo de una rata necesitaría de algo más de 2.000 procesadores de este tipo; el de un gato, cerca de 25.000.
Hace unos meses, investigadores del Almaden Research Center de IBM y del Lawrence Berkeley Laboratory lograron un paso aun más vertiginoso: simularon en un ordenador el 4,5 por 100 de la capacidad cerebral humana. Para ello construyeron un simulador cortical que unía la potencia de 147.456 procesadores a fin de lograr 144 terabites de potencia.
Esta supermáquina pudo simular durante un segundo el trabajo de 1.000 millones de neuronas y 8.7 trillones de sinapsis humanas. La unidad informática del cerebro humano es la neurona, una neurona especializada en recibir continuamente inputs de información y enviar informaciones moduladas. El término neurona fue acuñado por Heinrich Gottfried en 1891. Desde entonces, la capacidad de simulación tecnológica ha cambiado exponencialmente. En los próximos 19 años la tecnología humana experimentará una evolución equivalente a la que ha experimentado en los últimos mil.
En este escenario, cada año que pasa estamos siglos más cerca de conseguir la simulación del cerebro humano. Algunos ingenieros piensan que el ordenador con capacidad idéntica a nuestra masa neuronal estará disponible en 2020; y que en 2050 tendremos máquinas capaces de procesar tanta información como todos los cerebros humanos juntos.
Cuando ocurra eso, y no duden de que ocurrirá, un dispositivo familiar, como un smartphone, tendrá una capacidad cognitiva similar a la nuestra.
Pero sólo la capacidad. En realidad, no sabemos si podrá realmente usarla. Porque la neurología desconoce todavía en qué consiste realmente el trabajo de nuestro cerebro. Todos los intentos informáticos de simularlo se basan en la imitación del funcionamiento de las neuronas y sinapsis en el córtex. Básicamente, las neuronas se limitan a elegir entre dos estados (presináptico y postináptico) como si se tratara de recipientes dispuestos a abrirse para que entre en o salga de ellos información. El juego resulta suficientemente parecido al modo en que los procesadores funcionan, con sus ceros y unos alternativos. Pero poco más podemos simular. En los próximos años los ingenieros tendrán que esforzarse en diseñar modelos más complejos que imiten el sistema talamocortical y seguir escalando en la copia de estructuras cerebrales más complejas.
No es difícil, están en ello. Cuando lo logren tendremos la posibilidad de portar en el bolsillo un pequeño cerebro humano. ¿Les asusta?
Fuente: libertaddigital.com
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