La leyenda del Lyubov Orlova, así llamado en homenaje a la actriz y cantante rusa, se remonta a su construcción 1976. Durante más de tres décadas fue usado como barco de expedición por aguas del Ártico y del Antártico. Curiosamente, el 27 de noviembre de 2006 quedó atrapado por los hielos en Deception Island, en la Antártida, y tuvo que ser remolcado por el rompehielos Las Palmas hasta que pudo volver a navegar por sí mismo en Tierra de Fuego.
En el año 2010 fue abandonado por sus propietarios en el puerto de St. Johns, en Terranova, por una disputa sobre las deudas acumuladas de su explotación comercial. Se vendió para el desguace por unos 700.000 euros, pero el barco que lo remolcaba -el Charlene Hunt- hasta la República Dominicana perdió contacto con él y se quedó flotando a la deriva, con sus 4.000 toneladas de peso, convirtiéndose en una amenaza para otros navíos y para las plataformas petrolíferas.
Con la ayuda de otro remolcador, el Atlantic Hawk, el barco fue remolcado finalmente hasta una zona considerada como "segura" por las autoridades canadienses. Pero las corrientes del Atlántico lo arrastraron rumbo a Europa, o al menos ésa era la trayectoria detectada por los satélites hasta marzo de 2013.
'Precauciones'
"En aquel momento tomamos precauciones y calculamos que en tres meses podría llegar a nuestras costas, o bien enfilar hacia el sur de Inglaterra", asegura el guardacostas irlandés Chris Reynolds. "Pero no podíamos estar seguros de sus movimientos porque los equipos de trasmisión del barco están apagados. Así que no nos quedó más remedio que permanecer vigilantes".
El último avistamiento del Lyubov Orlova, al cabo de 2.000 millas náuticas, se remonta a abril del año pasado. Chris Reynolds asegura que no es aventurado pensar que "con las tormentas que ha habido en el Atlántico Norte este año se haya hundido".
Pero la historia del barco 'fantasma' cargado de ratas caníbales ha pasado de boca en boca y, como en las viejas leyendas, la verdad ha sido la primera víctima... "No queremos ratas de barcos extranjeros entrando por nuestras costas", fueron las palabras del propio Chris Reynolds al 'Irish Independent', el primer medio que dio cuenta del acercamiento del barco fantasma hace diez meses.
Nadie pondría en duda la presencia de ratas en un barco a la deriva, aunque el calificativo de "caníbales" habría que ponerlo en su contexto. 'The Sun' justifica la suposición a raíz de las declaraciones del marinero belga Pim de Rhoodes, que asegura por propia experiencia que las ratas se acaban comiendo entre ellas cuando no quedan víveres.
Según el zoólogo Penny Hawkings, de la sociedad protectora de animales (RSPCS), las ratas siguen arrastrando su mala fama aún en las peores de la situaciones... "Las ratas sobreviven si tienen de lo que alimentarse. Y en cualquier caso no se comerían las unas a las otras, salvo en situaciones extremas o de gran estrés. Por lo general, no son ni más ni menos propensas al canibalismo que los humanos".
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