Gus cuenta que se quedó estupefacto cuando vio la nube de polvo que se acercaba. “Pensé que nos iba a cubrir”, declaró a la prensa estadounidense.
Jennifer, por su parte, admite que al principio se disgustó, pero luego pensó que no se podía hacer nada porque el tiempo es así. La boda acabó mejor que peor aunque fue un alivio cuando el sacerdote los declaró marido y mujer.
La pareja se dio un besito con los ojos cerrados y huyeron del lugar. Alguien le acercó un paraguas a Jenny que sirvió de poco y, como era de esperarse, se destruyó por el viento.
Fuente: contexto.com.ar
su hijo, sera, el hijo del Diablo...
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