Harriet, la tortuga qye Darwin se llevó de las Galapagos murió en 2006 a los 175 años. /
Al igual que la mona Chita, la cacatúa de Winston Churchill o la tortuga de Darwin batieron récords de longevidad
La pasada semana se anunció la muerte de una estrella de cine junto a la que crecieron millones de niños y disfrutaron otros tantos adultos desde que protagonizará su primera película: Chita. El chimpancé -que en realidad era macho- falleció en la reserva de simios de Florida en la que vivía a los 80 años de edad, nada menos que 30 años más que la media de vida de sus compañeros de especie. La longevidad de Chita es un caso excepcional entre los suyos, sin embargo existen animales que pueden vivir una gran cantidad de años en comparación con la escala humana. Y algunos de ellos, como hiciera la inseparable compañera de Tarzán, también pudieron saborear las mieles de la fama.
La cacatúa enemiga de Hitler
En el reino de las aves las canas contribuyeron a la fama la cacatúa Charlie. Aunque alcanzar la edad de 104 años no fue lo único llamativo de este pájaro parlanchín y especialmente malhablado. Según aseguró un periódico británico, este animal habría pertenecido a Winston Churchill hasta su muerte, quien -cómo no- le puso nombre de macho para descubrirse más tarde que era una hembra. Del primer ministro aprendió durante la Segunda Guerra Mundial sonoras frases que repitió hasta el final de sus días del tipo de "¡Fucking Nazis!" o "¡Fucking Hitler!” (“jodidos nazis” y “jodido Hitler”).
Otras especies que destacan por su esperanza de vida son el Esturión (100), Águila Real (90 en algunos casos) o la Salamandra gigante de Japón (80). El ser humano, con una vida inicial de entre 70 y 80 años disfruta también de figurar en los primeros puestos de la clasificación, con casos particulares como el de la francesa Jeanne Calment que alcanzó los 122 años de vida.
El colmo de la longevidad lo representa la medusa Turritopsis Nutricula, a la que ni si quiera se le puede calcular la edad. Este animal es el único conocido capaz de hacer retroceder a su organismo de la madurez a etapas precedentes. Es decir, rejuvenece cuando quiere.
Pero la vejez animal no solo ofrece miles de curiosidades cuanto más alargada sea. Por ejemplo, una mosca puede resistir zumbando en una casa durante 60 días. Y un mosquito puede convertir un dormitorio en una pesadilla 15 interminables noches.
Fuente: abc.es
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